Todos los emprendedores comienzan con muchas ganas sus ideas de negocio. Muchas veces son estas ganas las que les hacen caer en errores comunes que hoy vamos a intentar enumerar para poder corregirlos.
La misión de hoy es ser autocríticos.
Vamos a intentar aclarar estos errores porque los he visto cometer muy a menudo y se repiten de forma sistemática en mucha gente que empieza.
Índice del artículo
- 1 No escribir el plan de negocio
- 2 No conocerte a ti mismo
- 3 Elegir mal tus socios
- 4 No admitir tus errores
- 5 Olvidarte de la competencia
- 6 No definir tu público objetivo
- 7 No saber delegar es uno de los errores más importanters que cometen los emprendedores
- 8 No tener un plan de marketing
- 9 Depender de las subvenciones es uno de los errores que cometen los emprendedores
- 10 Fijar los precios equivocados
No escribir el plan de negocio
Antes de empezar cualquier negocio es indispensable escribir un buen plan de empresa. Un plan de negocio es como hablar en voz alta, suele utilizarse para aclarar nuestras ideas y crear un proyecto con visión de futuro.
Además cuando una compañía tiene problemas económicos se necesita mas que nunca ese plan escrito para así atraer capital.
Recuerda que cuanto más preparado estés antes de montar la empresa, más garantías tendrás de éxito.
No conocerte a ti mismo
Antes de empezar un negocio tienes que hacerte varias preguntas:
- ¿Tengo claros los objetivos?
- ¿Estoy afrontando la estrategia correcta?
- Seré capaz de esforzarme todo lo que voy a necesitar?
Es imprescindible conocerte para saber tus fortalezas y debilidades. Saber con qué armas puedes competir y cuales debes disimular.
Elegir mal tus socios
La puesta en marcha de un negocio es todo bueno al principio. Tu y tus socios estáis llenos de promesas, en las que cada uno muestra lo mejor de sí mismo y no podemos pensar que alguna vez podrá ir mal.
Pero con el tiempo es cuando salen a relucir los problemas. Muchas veces estos problemas radican en la propia elección de los socios porque solemos aliarnos con amigos, compañeros de universidad o de trabajo que tienen características muy parecidas a nosotros.
Esto en general no es bueno, es preferible tener un grupo heterogéneo con perfiles muy dispares que complementen nuestros conocimientos.
Otro gran fallo es hacer divisiones iguales entre todos los fundadores. Esto casi nunca suele ser justo porque la aportación de capital y de trabajo difícilmente podrá ser la misma por parte de todos.
No admitir tus errores
Esto es muy fácil de decir y muy difícil de poner en práctica. El emprendedor por naturaleza confía mucho en sí mismo y tiene una alta autoestima, no se dan cuenta de los errores que cometen los emprendedores.
Cuando empiezan a relucir los problemas (que siempre los hoy ojo) es cuando tenemos que ser más humildes y autocríticos. Debemos reconocer lo que hemos hecho mal para poder solucionarlo.
Si echamos la culpa al gobierno, a la sociedad, a la crisis, etc. estaremos muertos. El emprendedor es una nueva raza que debe adaptarse a las circunstancias en la que se encuentra.
Olvidarte de la competencia
Es igual de importante que analices tus resultados y a tu propio negocio como a la competencia que tienes en tu mismo nicho. Lo que ocurre es que muchas veces cometemos el error de no ver más allá de nosotros mismos y nos limita muchísimo.
Muchas veces nos entusiasmamos hasta tal punto con nuestras ideas que pensamos que son tan buenas que no tenemos competencia y que venderemos seguro.
Pero en la práctica esto no es así. Tenemos competencia y eso no significa que sea malo, de hecho es un buen indicativo de que el nicho está vivo y hay negocio en él. Un negocio que no tiene competencia significa que está en un mercado carente de valor y donde será complicado sacar beneficios.
Debes analizar a tu competencia para aprender a mejorar tu idea de negocio. Siempre podremos sacar buenas ideas. No hacerlo sería uno de los errores que cometen los emprendedores más normales.
No definir tu público objetivo
Cuando empiezas un negocio no debes pensar que lo más importante es tu idea y que si ésta es buena vas a triunfar. En la vida real las ideas buenas no venden sino los productos que resuelven un problema concreto de la gente.
Por esto debes definir a qué tipo de gente va destinado tu producto o servicio. Debes definirlos perfectamente y adaptarte a ellos, a lo que te demande el mercado.
No saber delegar es uno de los errores más importanters que cometen los emprendedores
¿Eres de los que les gusta hacer todo ellos mismos porque no te fías de los demás?. Si este es tu caso no empieces a emprender porque tarde o temprano tendrás que delegar funciones en otra gente, como socios, empleados, autónomos, subcontratas, etc.
Si no delegas acabarás estancado tarde o temprano.
Cada tipo de emprendedor tiene sus fortalezas y debilidades. Debes conocer cuales son los tuyos y delegar en base a ello.
No tener un plan de marketing
Como bien sabes es de vital importancia darse a conocer al mundo exterior. No vale de nada que tengas una buenísima idea de negocio si no te conoce nadie.
Así que deberías prestar máxima atención al plan de marketing. Yo lo pondría al mismo nivel que el trabajo técnico. Sin clientes no hay ingresos y sin ingresos no se puede sostener un negocio.
Depender de las subvenciones es uno de los errores que cometen los emprendedores
Si nuestra comunidad autónoma no da un dinerillo por emprender mejor que mejor y si además nos puede subvencionar parte de nuestros gastos un plan del gobierno también.
Esto es verdad hasta cierto punto y es que debes analizar la viabilidad de tu modelo de negocio sin contar con las subvenciones, es decir, debes pensar que en un futuro puede que no tengas ningún tipo de subvención y es entonces cuando se demostrará si tu negocio es rentable.
Piensa siempre a largo plazo.
Fijar los precios equivocados
El emprendedor siempre tiende a hacer guerra de precios y esto es un grave error. En esta guerra solo pueden ganar las grandes empresas.
Por contra nosotros debemos basar nuestra fortaleza en nuestro branding personal, en la calidad de nuestros productos y en nuestra autoridad sobre la materia en que se basa nuestra idea.
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